El estado de Texas ejecutó la noche de este miércoles mediante inyección letal al mexicano Rubén Ramírez Cárdenas, en un nuevo desacato a la justicia internacional y sin atender las recomendaciones y súplicas de organismos de derechos humanos y del gobierno de México.
La ejecución, que estaba programada para las 18:00 hora local, se efectuó con un retraso de más de cuatro horas, mientras la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos revisaba las últimas apelaciones que interpusieron los abogados del reo en los postreros intentos por salvarle la vida.
El mexicano, de 47años de edad, originario de Irapuato, en el central estado mexicano de Guanajuato, fue declarado muerto a las 22: 26 hora local, minutos después de que se le administrara la dosis letal de drogas en la cámara de la muerte de la Unidad Carcelaria Walls, en la comunidad de Huntsville.