*“La parte educativa es la que innova, porque no nada más es la tecnología, sino qué puede hacerse con ella para que los usuarios tengan aprendizajes significativos y profundos”, añadió la experta de origen mexicano.
A partir de la idea de que la tecnología por sí misma no puede generar un cambio significativo en la gente, en los alumnos, surgió el proyecto Campus Viviente, impulsado por la profesora Guadalupe Carmona Domínguez, de la Universidad de San Antonio Texas, Estados Unidos, quien ofreció una conferencia sobre este tema durante el XVIII Coloquio Nacional de Formación Docente de Educación Media Superior realizado hace unos días en la Universidad de Colima.
En entrevista posterior, dijo que una tecnología, para que realmente tenga un valor más allá de la mera innovación, debe permitir a quien la utiliza “re-conceptualizar el mundo de una manera distinta; es decir, que vean y analicen los problemas desde un punto de vista diferente y que además sea de utilidad para la sociedad”.
Pero para que dicha tecnología pueda hacer que quien la usa vea el mundo de forma más rica y distinta, debe estar mediada por la innovación educativa. “La parte educativa es la que innova, porque no nada más es la tecnología, sino qué puede hacerse con ella para que los usuarios tengan aprendizajes significativos y profundos”.
Originaria de México y con más de 20 años dedicada al ámbito de las innovaciones educativa, Guadalupe Carmona Domínguez dirige el Centro de Investigación de Educación Interdisciplinaria en Ciencia, Ingeniería, Tecnología y Matemáticas (CITEM).
Para ella, es importante saber que el mundo cambia, que las necesidades cambian, “que no siempre lo nuevo es lo mejor, y que lo importante es poder discernir qué es lo adecuado y cuándo la innovación viene a presentar una solución importante a los problemas que tenemos como sociedad, como país y comunidad”.
“Si vemos el porcentaje de alumnos que ingresan a carreras de ciencia, ingeniería y matemáticas en el país y el mundo –añadió–, veremos que no es representativo de las necesidades que tenemos como sociedad”, de ahí la necesidad y la importancia, dijo, de un proyecto como el de Campus viviente, que es internacional y que además busca seguirse vinculando con universidades de todo el mundo.
La idea de dicho proyecto es acercar a los jóvenes a estas áreas desde edades muy tempranas, “para que puedan dedicarse a estas carreras y poder así cumplir con los retos y problemas que nos presenta la sociedad”.
La idea, concluyó, “es que el alumno pueda razonar de la misma manera en la clase de matemáticas que fuera de ella, y es allí donde entra un aprendizaje significativo, porque las ciencia y la tecnología forman entonces parte de la vida cotidiana de los jóvenes”.
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