Una tormenta solar afectará a la Tierra entre este viernes 13 y el sábado 14 de octubre, aunque hasta el domingo 15 podrían sentirse las consecuencias. Según meteorólogos rusos, es posible que algunos dispositivos electrónicos fallen y que personas que sean sensibles a este tipo de fenómenos sientan molestias físicas.
Según la agencia de noticias rusa TASS, también se podrían ver afectados los equipos de navegación y telecomunicaciones. En cuanto a las molestisa físicas que pueden experimentar algunas personas, señalan que podrían ir desde dolores de cabeza, nerviosismo, irritabilidad, hasta agotamiento y ansiedad.
El astrónomo Gonzalo Tancredi, del Departamento de Astronomía del Instituto de Física de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, explicó en enero de este año a El País qué es una tormenta solar y qué podría pasar realmente.
Tancredi dijo que las tormentas solares ocurren en nuestro planeta cuando la actividad del Sol interfiere en el campo magnético de la Tierra. Y explica con detalles qué es lo que sucede: el Sol tiene una actividad cíclica que se manifiesta en su superficie con manchas solares. Cada 11 años éstas aumentan en cantidad. Y asociadas a esas manchas, hay erupciones, es decir, eyecciones de materia solar.
Esta materia muchas veces vuelve a caer en la superficie del Sol, pero en algunos casos se escapa y se eyecta hacia el espacio interplanetario como una burbuja “que está muy caliente y con carga eléctrica”, por lo que “asociado a ella va a haber un campo magnético”, detalló el astrónomo uruguayo.
Esa burbuja se eyecta en una cierta dirección, y si ocurre que la Tierra está en esa dirección se produce en nuestro planeta una tormenta solar.
La radiación de partículas energéticas que ingresa al campo magnético terrestre puede llegar a afectar a los satélites artificiales. Podría verse afectado, en el caso de una tormenta solar, “todo lo relativo a las comunicaciones con los satélites”, por ejemplo, “la información que está en los satélites de monitoreo, tanto climático como en tierra, o los GPS, uno perdería la información de los GPS”. En las comunicaciones en tierra, de radio, también se producirían problemas”, añadió Tancredi.
Y explicó que también puede afectar a los astronautas que estén en el espacio en ese momento y que no estén protegidos dentro de sus naves. La radiación de estas partículas es muy dañina para los tejidos, y son capaces de atravesar el traje que lleven puesto los astronautas. También las naves pueden sufrir desperfectos.
“Una de las cosas que puede producir” una tormenta solar “es lo que llamamos las corrientes geomagnéticas inducidas” que pueden llevar a que haya desperfectos en “las líneas de alta tensión, de gran porte y distancia, o también en oleoductos o algún tipo de caños que estén en la superficie de la Tierra, o hasta submarinos”, detalló el astrónomo.
Agregó que además “puede haber desperfectos en, por ejemplo, los transformadores que están en las líneas o en el caso de los oleoductos a producir chispas y prender fuego el material”.
Respecto a las consecuencias que podría tener una tormenta solar en la salud de los seres humanos, Tancredi dijo que “por ahora” no hay “una conclusión clara, no hay estudios suficientes”.
Los expertos hacen predicciones basadas en eventos que sucedieron en el pasado, teniendo en cuenta los últimos picos de actividad: “En 2002-2003 hubo un pico de actividad bastante importante”, recuerdó, y contó que en ese momento hubo como consecuencia un apagón en Sudáfrica que afectó a miles de personas. “Hubo un pico de menor proporción en 2012-2013”, agrega. Es por esto que muchos, como el gobierno de Estados Unidos. Se preparan al sospechar que podría pasar en los próximos meses.
Tancredi añadió que “hoy en día hay satélites que orbitan en torno al Sol, a la distancia de la Tierra, que monitorean continuamente” y vigilan “si se produce alguna explosión de ese tipo”.
“Cuando se produce una eyección de masa coronal las partículas viajan a unos 400-500 km por segundo y demora entre dos y cuatro días en llegar a la Tierra. Si se produce hay una alerta”.
El astrónomo lamentó que si bien “hay una capacidad de previsión del evento”, todavía “no hay una capacidad de mitigación”.
“Que estos eventos ocurren y van a seguir ocurriendo en los próximos siglos es sin duda, porque la actividad solar no se detiene, varía, y hay momentos en que es menor”, concluyó Tancredi.