Dada la situación de violencia que prevalece en nuestro estado, el gobernador que prometió a los colimenses vivir felices y seguros, tuvo que doblar las manitas y pedir o aceptar el apoyo de las fuerzas armadas para hacer frente al grave problema de inseguridad que aqueja la entidad y que se recrudeció desde que él asumiera el poder.
Fue necesario un tiroteo en el primer cuadro de la ciudad, con proximidad a casa de gobierno, para que Ignacio Peralta tomara cartas en el asunto y dejara por un momento el avión para poner los pies sobre la tierra.
Más vale tarde que nunca, como reza la vieja sentencia, las fuerzas armadas ya están en nuestro estado, con un firme objetivo, devolver la paz que anhelamos quienes aquí habitamos, porque los tiempos son difíciles, y hay que entender que la podredumbre de años no se corrige en días.
Por otra parte, vienen tiempos electorales, en los que sin duda, al gobernador viajero le urge tener un estado tranquilo, en el que la dinámica que representa un proceso de esta naturaleza, no sea similar al que se ha presentado en otras entidades como Michoacán o Guerrero, (demasiado tarde), ya sabe, el señor y sus conveniencias electoreras, hasta que se acercan las campañas, le apremió el tema de la seguridad.
Es más, el reclamo que desde hace casi dos años se le ha hecho a Peralta Sánchez y que se negó a atender desviando la atención y golpeando a los alcaldes, la mayoría panistas, es el de toda una comunidad que añora el Colima de antes, ese donde sin mayor problema permitía tener las puertas y ventanas abiertas de cada hogar o vehículo.
El rojo que ha teñido otras elecciones, tristemente ha sido el de la sangre de candidatos caídos en muchos casos en plena campaña, pero el rojo que Nacho Peralta ambiciona, es el de saber a su partido ganador por todo lo largo y ancho del estado, objetivo que se ve muy lejano por el descrédito que viven en el PRI precisamente empezando por el gobernador.
Ojalá que con la llegada del ejército, José Ignacio Peralta de una vez por todas asuma su responsabilidad y deje de repartir culpas a diestra y siniestra, o que por lo menos, se dé cuenta que dirigir el destino de un estado, no es un juego.
Mi óptica
Es prudente hacer un llamado ahora que las fuerzas armadas se hayan entre nosotros, para que se respeten las garantías y derechos humanos de los colimenses de bien que sin temor a equivocarme, somos mayoría.
Por cierto
Algunos columnistas situaban a Daniel Cortés Carrillo como posible candidato por el distrito local número 11 ya sea por el PAN o por el PVEM, algo que ya no sabremos por el triste final del hombre de todas las confianzas de Virgilio Mendoza, lo cierto es que si así era la jugada, sin haber arrancado de manera oficial y legal el proceso electoral, ya se manchó con la sangre de un hombre que en su sepelio fue acompañado por miles de manzanillenses que lo apreciaron en vida.