Por Teodoro Rentería Arróyave
Para lunes 14 de agosto de 2017
En su afamada columna “EN LAS NUBES”, el colega hermano, Carlos Fernando Ravelo y Galindo, al respecto de una inconclusa entrega nos escribe: “Carlos Ravelo Galindo, afirma: Perdón por el retraso. Acabo de regresar del hospital. Creemos superar la hemiplejia en unos meses. Dice el neurólogo. Y nosotros tenemos fe. Gracias por su benevolencia”. Bienvenido a casa, con nuestro deseo ferviente y reiterado de tu pronta y completa recuperación.
Sus declaraciones de un supuesto arrepentimiento del magnate Donald Trump de su posición manifiesta de odio y racismo, tras los graves acontecimientos de violencia entre supremacistas blancos y manifestantes en Virginia que dejó un saldo de tres muertos y varios heridos, han sido duramente criticadas, es obvio, puesto que más bien suenan a una falsa retórica o a una falacia plena.
Como todos sabemos en Charlottesville, Virginia, se produjeron enfrentamientos de odio racial; un joven de 20 años con su automóvil varias veces arrolló a la multitud con saldo de una mujer muerta y 20 heridos, también un helicóptero de la policía se vino abajo y sus dos tripulantes perdieron la vida. Es de resaltarse que estuvieron presentes en la marcha del odio, el ultraderechista Richard Spencer ex dirigente del Ku Klux Klan, y el líder racista, David Duke, quien al vomitar soberbia aseguró a los reporteros que los nacionalistas blancos “estamos tratando de cumplir con las promesas de Donald Trump”.
Al ser enterado de los terribles sucesos que han conmovido a todo Estados Unidos y al mundo, en su campo de golf de Nueva Jersey, donde pasa sus vacaciones de más de dos semanas, el ocupante de la Casa Blanca, después de culpar a “muchos bandos” por la violencia entre supremacistas blancos y manifestantes en Virginia, disque compungido, condenó “el odio y el racismo”.
En sus palabras textuales se refleja la retórica y la falacia: “Condenamos de la manera más enfática esta grotesca muestra de odio, racismo y violencia por parte de muchos bandos, muchos bandos. Es algo que ha estado ocurriendo desde hace mucho tiempo en nuestro país. No se trata de Donald Trump. No se trata de Barack Obama. Es algo que ha estado ocurriendo desde hace mucho, mucho tiempo”. Trató sin lograrlo de quitarse culpas.
Por el contrario, el propio alcalde de Charlottesville, Mike Signer al dar a conocer su apreciación sobre lo ocurrido, aseguró tajante que “la campaña de Trump avivó las llamas del odio racial”, mientras en las redes sociales impactaban las imágenes del mayor encuentro de odio en décadas en Estados Unidos, acto seguido insto a Donald Trump a que zanje la cuestión.
Y Trump siguió en su falsa actitud reivindicadora, al agregar que había hablado con el gobernador de Virginia, el demócrata Terry McAuliffe, y que “acordamos que el odio y las divisiones deben cesar, y deben cesar inmediatamente. Debemos unirnos como estadounidenses con amor a nuestra patria, con genuino afecto entre nosotros”.
Las pruebas lo condenan, tras sus declaraciones, Trump se fue del salón, ignorando las preguntas de los reporteros sobre qué opinaba de que los supremacistas blancos lo apoyaban a él, o si consideraría terrorismo el hecho en que un vehículo embistió a un grupo de manifestantes antifascistas y en su página web el mencionado neonazi Daily Stormer alabó a Trump, al afirmar que los comentarios del presidente “fueron buenos, no nos atacó, sólo dijo que el país debe estar unido, no dijo nada específico en contra de nosotros”.
Lo dicho: retorica y falacia, recordemos siempre que desde su campaña electoral Trump generó críticas de racismo debido a su odio contra inmigrantes latinoamericanos y su aceptación de respaldo que le declaraban grupos supremacistas blancos. CONTINUARA, CON SU BELICISMO.