Que empiece el show
Oscar Wilde, alguna vez afirmó que un hombre sínico es aquel que conoce el precio de todo y el valor de nada, y puede ser que ese sea el caso del corrupto ex gobernador de Veracruz Javier Duarte de Ochoa, quien desde que fue detenido, no paró de sonreír.
Nunca supimos de qué se reía, probablemente lo hacía motivado por la seguridad que para él le representa el confort de saber que es muy factible que no le suceda nada en nuestro amado México lindo y querido, quizás por el poco valor de la justicia mexicana, sí, en nuestro país, donde en ese sentido, la mayoría de los casos se compra.
En fin, el ilustre don Javier, llegó a nuestro país, como toda una celebridad, no sé si para ser juzgado de verdad, o para ser protegido del sistema y del presidente que en su momento lo presumió tanto como la cara distinta de un nuevo PRI.
De los más de 40 mil millones de pesos que según se dice, fueron desaparecidos de las arcas públicas del gobierno estatal jarocho, no sólo se debe investigar cuanto de ese dinero quedó en manos de duarte, esposa y demás allegados, sino rastrear quienes más dentro y fuera de Veracruz se vieron beneficiados con las operaciones que se le imputan al ex primer mandatario de aquella entidad.
Dichos beneficios, en el sospechosismo de aquellos que nos dedicamos a mal pensar de los demás, pudiéramos creer que mucho de ese recurso, se fue derecho y sin escala en los distintos procesos electorales dentro y fuera del estado gobernado por Duarte de Ochoa.
Por lo pronto, Duarte sigue sin pisar una cárcel como debiera, y en su primera audiencia, ayudado por su abogado, enredó cuanto quiso a los tres ministerios públicos con sus diez expedientes obligándolos a utilizar más de una hora para dar puntuales respuestas al acusado.
Con este inicio, a cualquiera le da para pensar que si le mandan a gente poco preparada, es con el objetivo de que ocurra un error, para que Duarte y Marco del Toro, lo aprovechen para buscar la libertad del ilustre personaje nacido en Córdoba Veracruz.
El show está más que armado, el ridículo de los fiscales que fueron regañados por el juez en plena audiencia, lo montaron porque los señores de la PGR, no supieron contestar a los planteamientos hechos por el abogado y por el encargado de impartir justicia.
Lo acusan de múltiples desvíos, pero no saben exactamente dónde fueron realizados, lo que es peor, parece ser que no tienen pruebas de los supuestos desfalcos, lo que parece indicar, que Duarte va para fuera.
Mi óptica
Lo vergonzoso de la justicia mexicana, que parece que está a punto de perder el caso ante un ampón que dejó temblando a su estado natal, nos debe poner a pensar a los colimenses de que lo ocurrido en el sexenio pasado en nuestro estado, ni hablar, ya fue y no hay remedio.
Por cierto
Cuando un servidor era un simple estudiante, durante la prestación de mi servicio social, tuve la fortuna de conocer a un ex colaborador de Herrera Beltrán, quien me confesó lo sorprendido que estaba por el rápido crecimiento de Duarte, quien acababa de ser electo gobernador de los veracruzanos, y también era muy cercano a Fidel, lo que no sabíamos, es que seis años más tarde, Javier crecería mucho más, pero en su fortuna mal habida.