Al menos 9 muertos y 20 heridos dejó una explosión en el metro de San Petersburgo justo cuando el presidente ruso, Vladímir Putin, se encontraba en la ciudad.
Según fuentes oficiales, 25 de los heridos, entre ellos niños, ya han sido ya ingresados en varios hospitales de la antigua capital zarista con heridas causadas por la metralla y la onda expansiva.
Aunque al principio se informó sobre dos explosiones, el Comité Nacional Antiterrorista (CNA) aseguró en un comunicado que la explosión ocurrió en la céntrica estación “Tejnologuícheskiy Institut”.
Esa estación, que es cruce de caminos entre las líneas azul y roja del metropolitano, es una de las más concurridas de San Petersburgo.
La explosión, que ocurrió hacia las 15.00 hora local, causó una gran humareda, lo que obligó a evacuar a numerosos pasajeros en esa estación y en la siguiente, “Sennaya Ploschad”, tras lo que las autoridades optaron por cerrar toda la línea del metro.
El CNA informó poco después de que otro artefacto sin explosionar fue encontrado y desactivado en la estación “Ploschad Vosstania”, donde se ubica, además, la principal estación de ferrocarril de esa ciudad.
En las primeras imágenes divulgadas por los medios de comunicación se ven varios cuerpos ensangrentados tendidos frente a un vagón del metro con las puertas arrancadas de cuajo debido a la onda expansiva.
“La explosión en el metro de San Petersburgo la perpetró un terrorista suicida. El artefacto casero seguramente fue colocado en el vagón antes de que saliera”, apuntó una fuente oficial a medios locales.
Además, otro artefacto explosivo casero fue desactivado por los artificieros en la estación de metro “Ploschad Vasstania”, junto a la principal estación de trenes de la ciudad (Moskovski).
La Fiscalía rusa incoó un caso penal por terrorismo después de que Putin asegurara públicamente que la principal hipótesis es un atentado terrorista.
“Naturalmente, siempre analizamos todas las variantes, accidental, criminal y, desde luego, que tenga un carácter terrorista”, afirmó.
Precisamente, el atentado ocurrió cuando el jefe del Kremlin intervenía en San Petersburgo, su ciudad natal, en un foro de medios de comunicación organizado por el Frente Popular, su plataforma electoral.
Las autoridades locales decidieron reforzar la seguridad en el aeropuerto internacional de Púlkovo y en el resto de nudos de transporte de la ciudad, al igual que en los lugares de mayor concentración de gente, como plazas y avenidas.
Lo mismo han hecho las autoridades de Moscú en el metro de la capital rusa, que fue objeto en 2010 de dos atentados suicidas que causaron más de una treintena de muertos.
El último atentado terrorista de gravedad ocurrido en territorio ruso tuvo lugar en diciembre de 2013 en la estación de tren de Volgogrado, antigua Stalingrado, donde dos explosiones suicidas mataron a 34 personas.