El gobierno de México no se ha quedado ni se quedará “cruzado de brazos” en defensa de los connacionales, ante las políticas migratorias que mantiene Estados Unidos, afirmó el subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaria de Gobernación, Humberto Roque Villanueva.
Por el contrario, dijo, existe una afinada y estrecha coordinación entre las secretarías de Gobernación, de Relaciones Exteriores y el Instituto Nacional de Migración (INM), para apoyar a los mexicanos, cifra que alcanza ya los 25 mil 29 repatriados.
Roque Villanueva reconoció que la “parte más trágica” de la migración lo constituye la separación de las familias, situación que también se vivió en el pasado y que incluso, “la administración de Barack Obama tuvo que hacerle frente”.
Entonces, la separación entre padres, madres e hijos sobre todo, “sí es un problema humano grave. El propio Trump ha dicho que es un problema de conciencia y ¿Qué es lo que puede y deber hacer el Gobierno mexicano: lograr desde sus Consulados que esto no se dé”, enfatizó.
Además de gestionar que haya la protección consular debida cuando los menores de edad ya son americanos, para lo cual se debe alegar el principio prioritario -de acuerdo a los Protocolos Internacionales-, de que no se rompa la unidad familiar al deportar a los padres y dejar a sus hijos nacidos en el país del norte, abundó.
Para el funcionario, en estos casos “se puede dar la pelea legal”, aunque se ha detectado también que los padres deportados se traen sus hijos aunque sean estadounidenses y tengan derecho a quedarse allá.