Micah Johnson, el exmilitar del ejército estadunidense que mató a cinco policías en Dallas, dijo a personal médico castrense que tenía serios problemas sicológicos, poco después de su regreso a Estados Unidos en 2014, de la guerra en Afganistán.
“Siento tensión, cólera, rabia, mi corazón se siente como si alguien lo estuviera pellizcando”, dijo Johnson.
Las revelaciones del exmilitar están contenida en su historial de salud mental recabado por el Departamento de Asuntos de Veteranos en Dallas en agosto de 2014, un mes después de que Johnson regresó a Estados Unidos tras haber servido en Afganistán.
Una evaluación psicológica lo describió con síntomas de trastorno de estrés postraumático, y señaló que estaba tomando medicamentos ansiolíticos y antidepresivos.
En el reporte se destacó que Johnson negó ser “homicida o suicida”, e indicó que no se le recetó medicamentos antipsicóticos.
Los registros médicos de Johnson fueron dados a conocer por el Departamento de Asuntos de Veteranos al periódico The Dallas Morning News en respuesta a una solicitud bajo la Ley de Libertad de Información.
Los registros cubren un período entre julio y octubre de 2014, cuando estaba recibiendo tratamiento médico y asesoría del Centro Médico de Veteranos en Dallas.
La salud mental de Johnson después de su regreso del servicio activo y el manejo de su caso por parte del Ejército han sido objeto de escrutinio desde que se registró el tiroteo, el pasado 7 de julio, en el que mató a los cinco agentes de la policía en el centro de Dallas.
Johnson, de 25 años, comenzó a disparar a los agentes, tras concluir una protesta pacífica contra la violencia policial contra los afroamericanos en Estados Unidos.
El exmilitar murió horas después cuando un robot de la policía colocó e hizo estallar una bomba en el sitio en el que se había atrincherado, después del enfrentamiento con la policía en el segundo piso del Colegio Comunitario de El Centro, en Dallas.