Por: Arnoldo Delgadillo Grajeda
El pasado mes de marzo el nombre de la empresa Chofer Pro saltó a la opinión pública, poniendo sobre la mesa un intenso debate acerca de la calidad que tienen los taxis en Colima, y la posibilidad de que particulares, sin concesión, ofrecieran este servicio, trastocando intereses históricos y cuotas de poder usadas como moneda de cambio.
La respuesta por parte de los líderes de las organizaciones de taxistas fue ofensiva, primero con amenazas para los conductores y empresarios de Chofer Pro, luego con promesas de mejora y competitividad que han quedado en el olvido.
El 11 de abril, el presidente del Frente Colimense del Transporte, Hugo Chávez Ríos, anunció que cambiarían la imagen del servicio de taxis en 30 días, atendiendo cuatro ejes: uniformar a los trabajadores del volante; profesionalizarlos y capacitarlos; crear para los usuarios un buzón de quejas y sugerencias; y ofrecer el servicio de taxis a través de una aplicación móvil.
Es cierto que los primeros días hubo claras intenciones y buenos intentos, pero a cuatro meses, poco o nada ha cambiado en este servicio de transporte en la entidad, algunos taxistas están uniformados, pero la capacitación –si es que la ha habido– no ha permitido mejorar la experiencia de usuario, no se ha aumentado la calidad.
Además hay problemáticas que no se han atendido, como la hora de cambio de turno que coincide con la hora en que más personas necesitan tomar un taxi, haciendo que lograrlo sea toda una odisea; sigue habiendo una gran cantidad de unidades en pésimas condiciones; y persisten los abusos en los cobros, faltando a lo que las tarifas oficiales establecen.
Por su parte, la Secretaría de Movilidad ha hecho un trabajo digno y que califico como muy bueno, poniendo orden en el caos que era esta dependencia, pero hay mucho que hacer y, por ejemplo, se ha quedado en pausa la creación de una Ley de Movilidad que regule todas estas actividades y cambie la visión de transporte por una más integral y conectada.
Chofer Pro sigue operado y sigue creciendo, a pesar de que a mediados de abril comenzaron a realizarse operativos para detener sus unidades y multar a sus choferes. En torno a esta empresa se han desarrollado dos tipos de redes, con las que la ciudadanía deja en claro que quiere conservarla, pues están dispuestos a pagar más por un mejor servicio.
La primera red funciona sustituyendo prácticamente la aplicación móvil, pues los usuarios llaman por celular de manera directa a los conductores de Chofer Pro para que los recojan, se han tendido lazos fuertes de comunicación; y la segunda red es para que, en caso de operativos, las personas nieguen que se trata de un servicio privado de trasporte, evitando la detención, o abonando a que pronto sea liberada la unidad y su chofer.
Esto permite entender el arraigo que tiene en la sociedad colimense la empresa, pues a pesar de que el operativo es permanente, hasta el momento sólo se ha logrado detener a seis vehículos particulares que no cuentan con concesión para prestar servicio público.
“Para logar este tipo de detenciones es necesario contar con la participación de la sociedad debido a que en muchas ocasiones los usuarios se prestan a identificarse como familiares o conocido del chófer, lo que impide contar con los elementos legales necesarios que sirvan como evidencia para el aseguramiento de los vehículos y de las infracciones correspondientes”, explicó la Secretaría de Movilidad, en respuesta a una solicitud de información que realicé.
Y Chofer Pro seguirá creciendo, en tanto los taxistas no recuerden sus promesas y las cumplan… e incluso después.