El ex rector y ex gobernador Fernando Moreno Peña dio una conferencia a los más de mil estudiantes reunidos en el Teatro Universitario, dentro de las actividades de la Escuela de Cuadros FEC 2016, en la que se busca formar a los nuevos líderes de la entidad, en la que abordó cómo y por qué entró a la política y respondió además varias preguntas.
Estuvo acompañado por José Eduardo Hernández Nava, rector de la Universidad de Colima, quien al término de la charla le entregó un reconocimiento, y por Héctor Magaña Lara, diputado local y presidente de la Federación de Estudiantes Colimenses.
En una charla amena, que tuvo a los jóvenes atentos por casi una hora, Moreno Peña dijo, entre otras muchas cosas, que la política no es mala sino los políticos; que el hecho de ser buenos o malos “es parte de la condición humana”, y que así como hay político malos también hay curas o profesionistas malos y buenos.
No dio consejos, argumentó, porque las personas listas no los necesitan y las tontas ni siquiera los comprenderían. Sin embargo, comentó que ser líder es una actividad de largo aliento, no de un momento específico. “Los líderes del momento no funcionan; esto es una carrera”.
También compartió que para aprender en política hay que perder, sobre todo saber perder, y entender además que “la derrota y la victoria no son para siempre”. También dijo que en política siempre debe pensarse en el beneficio de los demás, de la comunidad, nunca en el beneficio propio, que eso es algo que viene solo, sin buscarlo, como consecuencia de lo que se haga en beneficio de las causas comunes.
Recordó que cuando estudiaba el bachillerato en la UdeC, cierto día, para lograr que el presidente Luis Echeverría los escuchara, él y otros jóvenes interceptaron el autobús en el que viajaba el presidente durante su gira por el estado. Echeverría pidió que sólo uno de ellos subiera; lo hizo él, “y desde entonces, por más de cuarenta años no me bajé del autobús de la política”.
Por último, dijo que el poder no se regala, que los interesados deben luchar por él y que un político de verdad “nunca se retira, solo se desvanece”.