*La fuente radioactiva fue trasladada sin contratiempo al Centro Nacional de Acopio de Desechos Radioactivos para su confinamiento
La bomba de cobalto que por casi 20 años dio tratamiento a tumores cancerosos a distancia en el Centro Estatal de Cancerología fue retirada sin contratiempo y el cabezal con la fuente radioactiva fue trasladada al Centro Nacional de Acopio de Desechos Radioactivos del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ).
La Secretaría de Salud y Bienestar Social del Gobierno del Estado informa que la unidad de teleterapia con cobalto-60 fue llevada al Estado de México para su confinamiento o resguardo definitivo.
El jefe de servicios técnicos de la empresa Asesores en Radiaciones, Manuel Núñez Ríos, explicó que esta unidad, con un peso aproximado de seis toneladas, cuya fuente radioactiva es de cobalto 60, fue desmontada del sitio en que estaba en las instalaciones que albergaron el Centro de Cancerología.
Para desmontar el equipo, personal de la empresa retiró las tapas del cabezaz para hacer las maniobras de desarme y desmonte, fijando la fuente en su posición de seguridad para que no se moviera y que durante su transporte tampoco lo hiciera y quedara en exposición, aun cuando tiene protección suficiente para no permitir que salga un nivel de radiación importante.
En ese proceso que duró aproximadamente siete horas y sin ningún riesgo, el cabezal de la unidad se bajó sobre su embalaje, se aseguró para que no tuviera movimiento y se subió a la plataforma de transporte, en donde se aseguró para su traslado rumbo a su confinamiento en el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares para su resguardo definitivo.
SEGURIDAD
Este proceso fue verificado por el físico Jorge Disuet González, de la Gerencia de Seguridad Radiológica del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares, única institución que se encarga de los desechos a nivel nacional y que recolecta las fuentes en desuso para dar un almacenamiento temporal hasta que se autorice de manera definitiva por parte de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguarda.
El especialista supervisó técnicamente que fuera la fuente la que se llevó al confinamiento y que ésta se encontrara dentro del equipo en la que se trasladó. Posteriormente, verificó que, efectivamente, la fuente radioactiva que se depositó en el sitio de confinamiento era la fuente que se trasladó y a la cual se le dará tratamiento para determinar si se retira o no.