¿Cómo estuvo tu día?

Hoy como cada noche antes de dormir me hago esta pregunta ¿Cómo estuvo tu día? A veces me respondo que excelente y cuando es así, enumero los motivos que considero contribuyeron a que fuera de esa forma.
Es curioso caer en cuenta que en casi la totalidad de los casos, por no decir que en todos, estuvo presente: el arrancar el día con gran motivación, el cargar pilas con un baño de agua fría y al salir tomar una buena taza de café recordando la gran oportunidad que tenemos por el simple  hecho de existir, la gran Bendición de contar con una familia y el poder servir por medio de nuestro trabajo a los demás, es una gran motivación.
Sin embargo, no siempre respondo a esa pregunta (¿Cómo estuvo tu día?) con  un excelente, para serte sincero, muchas  ocasiones mi respuesta fue lo opuesto, y  al realizar el  mismo ejercicio  enumerando  los motivos, de igual forma logro identificar otra  constante cuando la respuesta es diferentes al excelente. Una de esas constantes es que no empecé el día con motivación, no me quería levantar, no tenía energía, físicamente me sentía fatigado,  saturado de trabajo, mis pensamientos divagaban en los problemas mas no en las soluciones etc. El caso es que no inicié con la primera característica que  es un requisito  para tener un excelente día.
Y es en estas situaciones cuando hago un alto en el camino,  cuando topo con pared, cuando reboto en el estado de apatía, indiferencia  y  flojera. Me he peguntado muchas veces ¿Cómo me salgo de este estado de ánimo? ya que de no hacerlo, el siguiente nivel ya son los principios de depresión. Si bien es cierto que es  muy fácil sentirte bien cuando estás motivado e inspirado, pero cuando la motivación y la inspiración se van ¿Qué hacer? ¿Cómo salir de estos estados de apatía y mediocridad?
La respuesta  a esta pregunta según mi experiencia se conforma de dos elementos importantísimo que si los haces presentes en tu vida serán de gran ayuda para poder transformar tu vida: Fuerza de Voluntad  y Constancia.
La Fuerza de Voluntad y la Constancia son tus dos piernas con las cuales podrás salir del pantano de la mediocridad, de la apatía, indiferencia y flojera, pero tendrás que echarlas a andar y no será fácil, será tu lucha contigo mismo. Si logras imponer tu fuerza de voluntad tendrás una victoria sobre ti mismo, recuerda que: “Aquel que obtiene una victoria sobre otro hombre es fuerte, pero quien obtiene una victoria sobre sí mismo es poderoso” Lao-Tse y conquistarás la bendita satisfacción de tener control y dominio de ti, siendo esto una gran motivación porque se te abrirá el abanico de posibilidades para lograr lo que te propongas y es aquí donde la Constancia tendrá que mantenerte caminando y enfocado.  Tu constancia será el escudo donde choquen y reboten nuevamente tus estados de flojera, indiferencia, apatía  y negatividad. Esto te abrirá nuevamente camino de grandes potencialidades.
Al escribir estas líneas viene a mi mente una de las primeras frases de superación personal que se enquistaron en mi mente desde hace tiempo: “El genio es 1% inspiración y 99% transpiración” Thomas Edison. Es decir, la única manera de hacer tangible los ideales de tu inspiración es por medio de tu trabajo sustentado en tu Fuerza de  Voluntad y  Constancia.
Si en tu experiencia tu fuerza y constancia no fue suficiente, vuélvelo a intentar cuantas veces sea necesario, pero siempre recuerda que la lucha es contra ti mismo y solo tú tienes el poder para salir victorioso(a) en el momento que lo decidas hacer con Fuerza de Voluntad y Constancia.
 


Con Afecto y Cariño
SERVIR PARA TRASCENDER
Miguel Vladimir Rodríguez Aguirre